En realidad Napoleón I no era tan bajo como se suele pensar

Rubén, 22 octubre 2022

Napoleón Bonaparte (1769-1821) es uno de los iconos culturales más reconocibles del mundo y suele ser representado con una mano en el chaleco, agresivo y de baja estatura.

Todavía inspira devoción y odio por haber ganado una serie de batallas titánicas, haber expandido un imperio por gran parte de Europa y haberlo destruido todo a raíz de una invasión fallida de Rusia. Continuó las reformas de la Revolución Francesa (podría decirse que no con el espíritu de la revolución) y estableció un modelo de gobierno que se mantiene en algunos países hasta nuestros días.

Napoleón suele ser recordado por ser un excelente conquistador y ser bajito

Su supuesta baja estatura y su temperamento ardiente han inspirado el término “complejo de Napoleón”, una creencia popular según la cual los hombres bajos tienden a compensar su falta de estatura con un comportamiento dominante y agresivo.

¿Era Napoleón realmente bajo?

Tres fuentes francesas -su ayuda de cámara Constant, el general Gourgaud y su médico personal Francesco Antommarchi- afirmaron que la altura de Napoleón era de poco más de 5 pieds 2 pouces (5′2”).

Probablemente Napoleón tenía una estatura media para la época

Aunque pueda parecer bajo, hay que tener en cuenta que la pulgada francesa (pouce) de la época era de 2,7 cm, mientras que la pulgada imperial era más corta, de 2,54 cm. Aplicando las medidas francesas de la época, eso equivale a unos 1,69 metros. Una altura en la media de los hombres adultos franceses de la época.

Entonces, si Napoleón era de estatura media, ¿de dónde viene la leyenda de su baja estatura?

Fue en gran parte obra de un hombre: el caricaturista británico James Gillray (1756-1815). Las representaciones caricaturescas que Gillray hizo del general francés fueron tan populares e influyentes que, al final de su vida, Napoleón dijo que Gillray “hizo más que todos los ejércitos de Europa para acabar conmigo”.

Desde el principio, Gillray satirizó a Napoleón como un personaje estruendoso y jactancioso, aunque no necesariamente corto. Pero cambió con la caricatura de Gillray “Maniac-raving’s-or-Little Boney in a strong fit”, que era una sátira de un auténtico incidente diplomático ocurrido el 14 de marzo de 1803 en el palacio de las Tullerías de París. Ante cientos de dignatarios europeos, Napoleón descargó su ira contra Lord Whitworth, el embajador británico:

“Al aparecer lord Whitworth en el círculo, se acercó a él con igual agitación y ferocidad, procedió a despotricar, en los términos más amargos, sobre la conducta del Gobierno inglés -convocó a los ministros de algunas de las cortes extranjeras para que fueran testigos de esta vituperable arenga- y concluyó con expresiones de la más airada y amenazante hostilidad…. este ataque brutal y poco caballeroso… terminó con el Primer Cónsul [Napoleón] retirándose a sus apartamentos, repitiendo sus últimas frases, hasta que se encerró en ellos; dejando a casi doscientos espectadores de esta exhibición gratuita de arrogante impropiedad, asombrados y consternados”.

La caricatura de Gillray muestra a un diminuto Napoleón con botas que lo empequeñecen, arrancándose el pelo con rabia. Está rodeado de muebles volcados que son tan grandes como él, con burbujas de discurso que se arremolinan a su alrededor llenas de pensamientos maníacos y furiosos sobre Gran Bretaña.

El nombre de “Pequeño Boney” se mantendrá, y Gillray representará continuamente al emperador francés como un niño deprimido, furioso y jactancioso.

Descrita como “probablemente la caricatura política más famosa de todos los tiempos”, la caricatura de Gillray de 1805, “The Plumb-pudding in danger, or, State epicures taking un petit souper”, muestra al primer ministro británico William Pitt el Joven y a Napoleón dividiendo el mundo en esferas de influencia. Napoleón está dibujado con la mitad del tamaño de su homólogo británico, y tiene que ponerse de pie para poder utilizar su cuchillo de trinchar, que en realidad es una espada.

La preocupación británica por la vertiginosa conquista de Europa continental por parte de Napoleón y su evidente intención de instalar a sus parientes y favoritos en posiciones de poder se puso de manifiesto en la caricatura de Gillray de 1806, “Tiddy-Doll, the Great French-Gingerbread-Baker; Drawing Out a New Batch of Kings”. Representa a Napoleón como un panadero, batiendo monarcas de pan de jengibre mientras su ayudante, el Ministro de Asuntos Exteriores francés Talleyrand, amasa Polonia, Hungría y Turquía.

Aunque el nombre de “Tiddy-Doll” se refería a Tiddy-Dol Ford, un famoso vendedor ambulante de pan de jengibre de Londres, la representación de Napoleón como una figura pequeña y parecida a una muñeca sólo podía ridiculizarlo,

A pesar de los temores de su poder aparentemente imparable, las caricaturas funcionaron. Poco después de la aparición de estas caricaturas, Napoleón envió una ráfaga de notas diplomáticas a través del Canal de la Mancha exigiendo que el gobierno británico censurara su prensa. Los ministros británicos le ignoraron.

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