¿Quién fue Viriato? - El gran héroe lusitano frente al poder de Roma

Rubén, 3 febrero 2023

Viriato es una de las primeras figuras históricas que aprenden los niños portugueses aprenden en la escuela. Y, de hecho, su historia es fascinante. No entiendo por qué no se ha hecho todavía una película sobre Viriato al estilo de Braveheart… Alguna película hay, pero de presupuesto muy modesto.

Quién fue Viriato

Viriato (Viriathus en latín) fue un líder lusitano que hizo frente a la expansión de Roma en Hispania a mediados del siglo II a. C. en el territorio suroccidental de la península ibérica, dentro de las llamadas guerras lusitanas.

Durante un periodo de 250 años, los ejércitos romanos intentaron conquistar toda la península, consiguiéndolo finalmente en el año 19 a.C. A medida que expandían su territorio, las tribus locales se vieron obligadas a vivir bajo las normas romanas, a pagar impuestos a Roma y, finalmente, incluso a servir en el ejército romano.

Se cree que Viriato nació hacia el año 181 a.C. en la región portuguesa de Serra da Estrela, actual centro de Portugal, entre los ríos Duero y Tajo. Se sabe muy poco de sus primeros años. La tradición dice que tenía unos orígenes muy humildes en la ciudad de Viseu y que era pastor o cazador. Otros dicen que pertenecía a la clase alta del pueblo lusitano que habitaba la península Ibérica en aquella época.

Estatua heroica de Viriato en Viseu

La expansión romana tropezó con una resistencia considerable por parte de la población indígena conocida como los lusitanos. Ninguno de los líderes locales de la resistencia que las legiones encontraron en toda Europa impresionó tanto a los historiadores romanos como Viriato, el líder de los lusitanos.

En el año 147 a.C. Viriato su ejército lograron derrotar a los romanos tanto en batallas defensivas como ofensivas. Viriato demostró ser un hábil táctico al utilizar tanto tácticas tradicionales, al estilo del ejército, como la guerra de guerrillas.

El año 145 a.C. supuso cierto punto de inflexión en el desarrollo de las guerras lusitanas, puesto que Roma, tras acabar la guerra contra Cartago, podría destinar más tropas y atención a la provincia de Hispania. Estos refuerzos, así como la experiencia militar de Quinto Fabio Máximo Emiliano, ocasionaron la retirada de Viriato en el año 144 a. C., con lo que tuvo que ceder las principales ciudades de los lusitanos en el sur de la península,​ tras lo cual se replegaría a la ciudad de Baikor —que Schulten relacionó con Baecula, la actual Bailén,​ aunque puede también asociarse con Baena​. Sin embargo, Emiliano regresó a Roma sin haber conseguido capturar a Viriato, y la mayor parte de sus refuerzos terminarían perdiéndose en escaramuzas y emboscadas en Orsona y Pax Iulia.​

A fin de reparar sus fuerzas, Viriato logró extender aquel mismo año la revuelta a la Celtiberia, ya que hasta entonces sólo habían tomado parte mayoritariamente lusitanos y vetones,​ lo que dio inicio a la tercera guerra celtíbera. Durante los años posteriores, a pesar del ataque de Lelio, Viriato hostigaría a los romanos citeriores liderados por el cónsul Quinto Cecilio Metelo en 143-142 a.C. y conquistaría la ciudad de Itucci o Tucci —la actual Martos​​ y la región de la Bastetania.

Tras una serie de victorias de Viriato contra los ejércitos romanos,​ los romanos enviaron al cónsul Quinto Fabio Máximo Serviliano con un número mayor de tropas y con elefantes —18.000 unidades de infantería y 1600 de caballería, así como 10 elefantes y 300 jinetes numidas enviados por el rey Micipsa—​. Este empezaría liberando ciudades del sur de Hispania como Itucci para continuar en persecución de Viriato hacia Lusitania, teniendo que demorarse al sufrir entonces el ataque de los capitanes Curio y Apuleyo, de quienes se sospecha que no serían sino desertores romanos, pero que en cualquier caso comandaban una gran fuerza de bandidos lusitanos.


Aunque con grandes dificultades, Serviliano les derrotó y acabó con la vida de Curio.​ Viriato terminó cercando finalmente a Serviliano cuando este se encontraba asediando a su vez la ciudad de Erisana (tradicionalmente identificada con Arsa, cerca de la actuales Zalamea de la Serena o Azuaga).​ Viriato y su ejército realizaron una incursión nocturna en la que acorralaron al ejército romano, 3.000 soldados romanos murieron en combate. Debido a eso, el cónsul y Viriato negociaron un acuerdo de paz,​ ratificado por el Senado romano, en el que se prometió la independencia a las tierras de Lusitania poseídas por Viriato a cambio de perdonarle la vida al cónsul. Los romanos reconocieron a Viriato como dux (jefe) de los lusitanos y le otorgaron el título de amigo del pueblo romano («amicus populi romani»).

Roma, sin embargo, se sintió humillada. Enviaron de vuelta al hermano del antiguo cónsul, Quinto Servilio Cepión, y declararon la guerra a Viriato y a los lusitanos. Viriato tuvo que hacer frente también al hostigamiento por parte de las tropas de Marco Popilio Lenas desde la provincia Citerior. En esta situación el líder lusitano se vio finalmente obligado a negociar con Roma, a través de Popilio Lenas,​ quien exigió a Viriato la entrega de desertores, así como de las armas, a lo cual este se negó, retirándose.

Sin embargo, en el año 139 a.C. Viriato tuvo que volver a intentar pactar con Roma, esta vez directamente con Cepión.​ Viriato envió a tres de sus hombres (Audax, Ditalco y Minuro) a negociar un tratado de paz. Pero esos hombres fueron sobornados para asesinar a Viriato.

La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos (1807), de José Madrazo

La leyenda cuenta que, al volver a su campamento después de la reunión con Cepión, estos lo mataron mientras dormía, clavándole un puñal en el cuello, puesto que Viriato siempre dormiría con la armadura puesta.​ A continuación, estos marcharon al campamento romano a cobrar la recompensa, donde Quinto Servilio Cepión les habría negado esta con la frase: “Roma traditoribus non praemiat”, esto es, “Roma no paga a traidores”.

Según Apiano, Cepión prometió a Audax, Minuro y Ditalco la entrega de grandes riquezas, ventajas personales y tierras si se encargaban de asesinar a Viriato.

Tras su muerte recibió por parte del ejército lusitano un magnífico funeral, en el que fue incinerado, con la realización de distintos sacrificios animales —posiblemente también humanos, a la manera lusitana—​ y más de doscientos combates en honor del fallecido.​ Este funeral fue significativo del gran carisma del guerrero entre sus soldados,​ pues bajo su liderazgo no hubo motines ni disensiones en el seno de su ejército.

Tras la muerte de Viriato, los ejércitos lusitanos quedaron muy desmoralizados y empezaron a perder la guerra contra los ejércitos invasores. Finalmente, los romanos conquistaron casi toda la Península Ibérica, a excepción de la zona vasca del norte de España. Por esta razón, el euskera se ha mantenido hasta hoy distinto de todas las demás lenguas romances de Europa.

Los 500 años de ocupación romana resultaron ser beneficiosos para los lusitanos, tanto desde el punto de vista económico como cultural. De la cultura romana quedan muchos vestigios arqueológicos por todo Portugal. Destacan las ruinas de una ciudad llamada Conimbriga, cerca de Coimbra, y un puente en Chaves.

Como curiosidad, una de las delicias locales de Viseu es un pastel dulce llamado viriato, y tiene la forma de la letra V. A pesar de haber vivido hace 2200 años, su leyenda sigue siendo una figura influyente y duradera en la identidad portuguesa.

Dulce viriato
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